Ante los terribles acontecimientos que están sucediendo en las últimas horas, no puedo evitar preguntarme qué está pasado. La Tradición Nativista Correlliana, a la cual pertenezco, tiene una gran cantidad de personas trabajando para lograr la paz mediante rezos, meditaciones y eventos semanales en Facebook. Incluso existe una Orden de los Tejedores de Paz trabajando exclusivamente en ello. Y, sin embargo, algo ha fallado. Cuando más se estaba trabajando, nos encontramos con un cruel atentado terrorista.
No puedo evitar preguntarme si realmente sirve tanto movimiento, rezo y trabajo espiritual por la paz. Por supuesto, es un gran trabajo el que muchas personas están realizando a lo largo de todo el planeta, es algo estupendo y absolutamente necesario, porque la paz es algo por lo que merece la pena luchar a diario, pero al hacerme estas preguntas he llegado a la conclusión de que quizá hayamos cometido un error como paganos.

Hacemos magia para en sus múltiples formas para intentar lograr la paz: oraciones, velas, peticiones, trabajos devocionales… Sin embargo, nuestro trabajo por la Paz, en determinadas ocasiones, no surge de un impulso real, sino que nace de una corriente basada en imitar a los demás sin cuestionarse lo que se está haciendo, de participar en eventos virtuales porque otros lo hacen, de poner velas por dejar nuestras conciencias tranquilas pensando que ya hemos hecho algo. Es decir, estamos trabajando sin voluntad ni sentimientos. Y sin voluntad ni sentimientos no hay magia. Ojo, que esto no es una generalización: no me cabe duda de que hay muchísimas personas que se dedican tanto física como espiritualmente a estas tareas por la paz, pues tengo el honor de conocer de cerca a algunas de ellas y su trabajo, pero también hay muchas otras que se unen por una simple cuestión de inercia sin tener una verdadera implicación emocional.
Anoche fueron personas de París las que vieron sus vidas afectadas para siempre. Pero mañana podría ser un miembro de nuestra familia, nuestra pareja, un amigo cercano o un miembro de nuestra Tradición el que fallezca en un atentado. Creo que todo lo que se ha hecho hasta ahora por la paz está muy bien y conlleva una elogiable labor, pero no es suficiente, hay que seguir trabajando e ir más allá. Es necesario concienciar a la población de la necesidad de una respuesta pacífica, es necesario educar para la paz y quizá así, dentro de unas generaciones, todos estos problemas hayan desaparecido. La educación en este aspecto es fundamental, pero también es necesario implicarse localmente en proyectos a nuestro alcance, pues no conseguiremos la paz sin iniciativas en muchos ámbitos. De nada sirven los rezos, oraciones y velas si los hacemos cómodamente desde nuestros hogares sin mover un dedo para ayudar de forma real a los afectados por estas situaciones de violencia y miedo.
Así que unámonos como comunidad pagana, hagamos un brainstorming de iniciativas que nos ayuden a ganar esta dura batalla y pongámonos manos a la obra. Y, ante todo, no olvidemos el conocido principio que nos afirma así arriba como abajo. Nos hemos centrado mucho en el arriba, en la parte espiritual, pero nos hemos olvidado del abajo, la realidad física de los problemas, la necesidad de involucrarnos para poner nuestro granito de arena. Apuntarse a un voluntariado, colaborar con alguna ONG, realizar un pequeño donativo o educar en valores de paz e igualdad son tan sólo algunas de las cosas que podemos hacer junto a nuestro trabajo espiritual por la paz.
Así que, la próxima vez que enciendas una vela por la paz o reces para alcanzar un mundo mejor, pregúntate si realmente has hecho algo significativo en tu entorno para conseguir esa ansiada paz.
Nuhmen Delos ~