Carta a un amigo
Carta a un amigo

Carta a un amigo

Querido Thot,

Resulta paradójico, e incluso divertido, que te escriba una carta a ti, patrón de los escribas e inventor de la escritura aunque, por otro lado, sé que los escritos, sean de tipo que sean, son las ofrendas que más te gustan. Ni siquiera yo sé por qué estoy escribiendo esto, tan sólo sé que desde anoche la idea revolotea por mi mente y esta mañana he decidido darle forma.

A pesar de que cuando nos presentaron apenas te conocía, con el tiempo hemos desarrollado un vínculo muy especial. Desde el primer momento me trataste como un amigo, lo cual no suele ser habitual al principio de una relación y menos en una de estas características, las cuales tardan, a veces, años en forjarse.

Una buena amiga suele decir que algunos dioses tienen mucho sentido del humor y sin duda tú eres uno de ellos. Aún recuerdo cuando te pedí ayuda para afrontar un examen oral de inglés bastante importante para mí e inexplicablemente la conversación giró en torno a lo paranormal y la magia, pero también en torno a la necesidad de seguir utilizando la escritura a mano en una sociedad digital. No puedo evitar reírme al rememorar cuando me vi debatiendo en otro idioma sobre la existencia o no de espíritus, guardianes, dioses y otras entidades con el examinador mientras te percibía en la sala, presenciando el espectáculo que, sin duda, tú potenciaste y que unas semanas después supe que habían calificado con la máxima nota que podían dar, apareciendo un Distinction en mi título de B2 de inglés.

Creo que tengo la suficiente confianza contigo como para considerarte un amigo, más que una entidad suprema a la que realizar una petición en momentos de necesidad. Me resulta especialmente curioso este acuerdo no pactado, pero que siempre cumplimos, de trabajar en equipo. Me maravilla cómo a veces apareces de la nada, si yo no te invoco, cuando me espera una sesión de trabajo en la que tengo que escribir, ya sea acerca de temas relacionados con la magia, como cuando escribo en este blog, o sobre cosas mucho más mundanas, como puede ser un Trabajo de Fin de Máster. Creo que no hubiera superado sin tu ayuda aquellas tardes de bloqueo escribiendo acerca de la importancia de la pedagogía en el panorama educativo actual, algo con lo que no estoy demasiado de acuerdo, pero que había que incluirlo en el trabajo de forma obligatoria, y sé que el tribunal quedó satisfecho con mis palabras relativas al tema. Más de uno me preguntó con una mezcla de admiración e incredulidad que si el Thot que aparecía en los agradecimientos de mi TFM era el dios egipcio de los escribas. Sí, es un agradecimiento inusual pero… ¿acaso no me ayudaste, a tu manera?

Thoth

Últimamente no paro de reflexionar acerca de cómo te estás haciendo un hueco cada vez más grande en mi vida. Ayer leí cómo hay quien te ve reflejado en mí, algo con lo que estoy completamente de acuerdo. Soy un enamorado de la excelencia, de hacer las cosas bien, de la edición de textos, de pasar horas y horas escribiendo, de organizar bien el tiempo, de anotarlo todo y de trabajar duro para garantizar a mis alumnos una enseñanza de calidad… y todo eso son atributos tuyos en mayor o menor medida. Anubis, con quien también tengo una devoción, rige otros aspectos de mi ser, como la paciencia, la capacidad de escuchar y permanecer en silencio, el trabajo con la oscuridad y la habilidad para aconsejar y guiar a los demás en su camino espiritual. Ambas facetas se integran sorprendentemente bien en mí, lo cual a veces resulta un poco extraño porque sois completamente diferentes, pero luego recuerdo que, salvando mucho las distancias, también sois compañeros de trabajo en la Sala de las Dos Verdades y, según he podido comprobar, os lleváis bastante bien, por lo que no debería extrañarme esta fusión de características en mi persona.

Con esto simplemente quiero darte las gracias por todo y hacerte una ofrenda pública mediante esta entrada en el blog. Suelo decir a mis alumnos que hay que darle vueltas a la cabeza y ser creativo con las ofrendas que hacemos a las deidades. Espero que, al leer mis anécdotas e historias, quienes hayan dedicado unos minutos de su tiempo a esta entrada, extraigan de ella que si realmente se desea y se trabaja lo suficiente en la relación, los dioses pueden ser tan amigos, compañeros y cómplices como los que tenemos en el plano físico.

Lástima no poder quedar contigo para tomar un café y charlar acerca de los misterios de la vida y el paso del tiempo… ¿o sí?

Nuhmen ~


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