Caen las hojas mecidas por el viento mientras la oscuridad gana terreno a la luz. La naturaleza comienza su transición hacia los dominios de la muerte a la par que Mabon nos abre las puertas a los misterios del otoño, un momento sagrado para adentrarnos en lo desconocido. ¿Cómo se celebra este momento de la Rueda del año? ¿Qué energías nos mueven durante esta época? ¿Qué importancia tiene para los paganos el quererse? Cada persona lo vive de una forma muy particular, ofreciendo una infinidad de posibilidades de comprender y celebrar esta festividad. A continuación te invitamos a descubrir qué significa Mabon para nosotros a través de diferentes reflexiones. ¡Esperamos que las disfrutes!

Reflexiones en torno a Mabon
Una reflexión de Nuhmen Delos
Mabon nos trae la magia del otoño. Los suaves vientos que desnudan a los árboles, el frío mañanero acaricia nuestra cara al salir de casa y las hojas que yacen en el suelo crujen al ser pisadas a nuestro paso. Atrás quedan los largos días de calor en un momento en el que el día y la noche vuelven a igualarse por unos instantes para dar paso a la parte oscura del año.
Durante esta época del año siento que es el momento de parar. No es el momento de calma y contemplación de Lammas, ni tampoco el momento tranquilo y sereno de Samhain. La temporada de Mabon supone para mí un regreso a la cueva, un período de aislamiento personal justo en las últimas semanas antes de que la Rueda del Año comience de nuevo en Samhain. Es por ello por lo que aprovecho para hacer un balance de todo lo que he logrado en el pasado ciclo, pero también para analizar y proyectar qué es aquello en lo que deseo trabajar de cara el nuevo giro de la Rueda. De forma paralela, esta es una época del año en la que salgo muchísimo a pasear para conectar con la naturaleza que ahora comienza a morir. El encanto de ver las copas de los árboles tiñéndose de rojos, naranjas y dorados, contemplar cómo los animales preparan sus refugios y sentir el frescor de los primeros días de otoño hacen de ésta mi estación favorita. Además, estos paseos son una oportunidad perfecta para recoger algunas hojas, frutos y otros elementos vegetales con los que hacer inciensos durante las crecientes noches de este momento del año.
Para traer a mi hogar la esencia de Mabon, suelo decorar el altar con tonos naranjas y marrones para reflejar los colores de la naturaleza en este momento del año. Algunas hojas secas y frutos de la temporada forman parte de la decoración del altar. Velas naranjas ahora decoran mi espacio sagrado agitando sus llamas ante el viento que se cuela por las ventanas que todavía dejo abiertas por la noche. Infusiones calentitas y el olor de los boniatos asados impregnan mi hogar recordándome que es tiempo de volver a la cueva y adentrarse de nuevo en la oscuridad.
Una reflexión de Bóreos
Con Mabon concluimos este precioso ejercicio que nos sugirió Nuhmen, pero como ya he mencionado en alguna ocasión, para mí, Mabon es el principio. Acaban de cumplirse 17 años desde que empecé mi camino consciente por el mundo de la brujería, la magia y el paganismo, y por tanto, estas fechas de septiembre siempre me marcan una nueva vuelta de la rueda. Y curiosamente, para los amigos con los que compartí tanto aprendizaje es igual, Mabon era el momento en que iniciábamos nuevos proyectos dentro del coven, dábamos la bienvenida a nuevos miembros y muy al contrario de lo que dicen los textos sobre las festividades paganas, para nosotros simboliza el comienzo.
Se nos hacía de alguna manera muy lógico: en nuestro contexto social, mediados de septiembre es el momento en que la mayoría de nosotros retoma la vida cotidiana tras las vacaciones, el regreso al trabajo, la vuelta al cole o los estudios en general, y el momento de plantear los meses hasta el siguiente verano. Así que en ese sentido, nosotros hemos cargado a Mabon de una nueva simbología conectada a nuestras circunstancias y situación. ¿Hace eso nuestro Mabon menos válido? Para nada.
A estas alturas, habréis notado que doy mucha importancia a los acontecimientos y sentimientos, y creo que esta manera de sentir Mabon le da toda la fuerza y sentido adaptándose a nosotros. Las festividades originalmente coincidían con determinados procesos naturales y agrícolas que para las gentes del campo tenían mucho sentido. Pero nosotros, paganos de ciudad del siglo XXI, Mabon coindice con estos otros hechos, y así lo vivimos. Típico es que aprovechásemos para lanzar un conjuro pidiendo que fuese bien el curso que iniciaba, hacer nuevos amigos en el nuevo instituto o centro de estudios si alguno se trasladaba, o cosas por el estilo. No dudéis en adaptar vuestras festividades a vuestras vidas, haced que tengan todo el sentido para vosotr@s y honrar a vuestra manera a la Divinidad, al Tiempo y a vuestra propia identidad.
Una reflexión de Cris Nenúfar
Girando, girando, llegamos a Mabon, al equinoccio de otoño. Es el único momento del año, junto con Ostara, en el que existe un equilibrio real en la naturaleza, y las horas de luz son las mismas que las horas de oscuridad. La Diosa aún no es la Anciana Sabia, pero está en el momento de la madurez, cuando las experiencias de toda una vida comienzan a tornarse en sabiduría. Al igual que Ella acepta la llegada del frío, la lluvia y la transformación de sus colores verdes en el dorado y ocre; al igual que abraza la caída de sus hojas, también las gentes paganas tenemos que aceptar los cambios que el paso de los años va marcando en nuestros cuerpos. Aceptar que pasamos de “crecer” a “envejecer”. Que si bien nuestra salud, nuestra energía o apariencia abandonan la juventud, esta nueva etapa tiene también su propia belleza.
Si nos paramos a observar nuestro entorno, esta es la época del año en la que comienza a avanzar el silencio. Hace más frío que en verano, anochece antes, y las personas comienzan a pasar menos tiempo al aire libre. La lluvia y el viento invitan también al refugio, a retornar a la cueva.
En la Tradicion de Iberia celebramos a las Diosas de la tierra, como AmaLur, la Madre Tierra del pueblo vasco. La llegada del otoño es el momento en el que se recoge la última cosecha, la que nos permitirá sobrevivir durante los meses de frío. Es el momento de comprobar qué hemos conseguido este ciclo y con qué dones contamos para afrontar la nueva época. También vamos a ir disminuyendo nuestro ritmo, a prepararnos para el descanso que necesitaremos en invierno. Es el tiempo también de la concreción, de la materialización de todos los proyectos vitales que hemos ido afrontando durante los meses anteriores.
Aprovecha las temperaturas moderadas de esta época para pasear entre las hojas que se han desprendido de los árboles, descansar del calor y la luz del verano y disfrutar de la caricia del viento y el beso de la lluvia sobre tu rostro.
Gracias a Cris Nenúfar y Boreos por animaros a participar en este proyecto y compartir vuestros pensamientos en torno a esta festividad. Sin vosotros, esto no hubiera sido posible.
Y a ti, que has leído nuestras reflexiones sobre este Sabbat, te deseo un muy feliz Mabon. Si quieres leer el resto de entradas de Zona Arcana sobre esta festividad, puedes encontrarlas aquí.