La danza de los opuestos en la Rueda del Año
La danza de los opuestos en la Rueda del Año

La danza de los opuestos en la Rueda del Año

Una de las primeras cosas que exploramos cuando abrazamos el Paganismo como nuestro camino espiritual es la Rueda del Año. Se trata de un calendario circular dividido en ocho festividades en las que celebramos los ciclos de la naturaleza y honramos las energías que éstos aportan a nuestras vidas y nos adentramos en los misterios del nacimiento, el crecimiento, la madurez, la muerte y el renacimiento. 
Lo que hace especial a nuestra Rueda del Año es que nos invita a realizar un viaje en espiral en el que cada vez que pasamos por un misma festividad de la Rueda, lo hacemos con una mayor comprensión de las energías que están presentes, creamos rituales más profundos y conectamos con la esencia de dicha festividad. Así, nos hallamos sumidos en una espiral marcada por ciclos que se suceden una y otra vez, pero que nos afectan de forma diferente en cada giro de la Rueda. 

Sin embargo, la tendencia en nuestra sociedad a centrarnos y valorar solo el lado bueno de las cosas nos ha hecho desvirtuar parcialmente el significado de las festividades de nuestra Rueda del Año. Al rechazar todo lo que consideramos oscuro, doloroso, o que simplemente no nos hace sentir cómodos, estamos negando una parte de los ciclos de la naturaleza y las enseñanzas que éstos traen a nuestras vidas. Y es que cada festividad tiene un poco de su festividad opuesta en la Rueda ya que sin ella no podría existir, de modo que la luz no podría existir sin la oscuridad, ni la oscuridad sin la luz. 

Partiendo de esta premisa, te invito a que realices conmigo un viaje a través de la Rueda del Año en para explorar esta danza de conceptos opuestos que se nutren uno del otro y permiten dotar a cada festividad de un significado mucho más profundo del que aparentemente tiene. ¡Vamos allá! 

Rueda del año

Samhain es una de las festividades más queridas por muchos de nosotros. Justo en mitad del otoño, cuando la naturaleza ya casi ha perdido todo su vigor y las noches son cada vez más largas, honramos la muerte en todos sus aspectos. Es un tiempo para recordar a quienes han partido a las tierras del verano y conectar con el más allá, siendo la época destinada al duelo, la reflexión y la instrospección. Al contemplar Samhain bajo las energías de Beltane, su festividad opuesta en la Rueda del año, descubrimos que el miedo que la sociedad tiene a la muerte es compensado con el amor. Recordamos los buenos momentos pasados con nuestros ancestros, transmitimos las enseñanzas y los valores que nos inculcaron y sonreímos al saber que desde el otro lado del velo cuidan de nosotros. ¿No es esto una manifestación del amor en el momento más oscuro del año? 

Yule nos trae con el solsticio de invierno el renacimiento de la luz. El momento más oscuro y frío del año nos trae una chispa de esperanza, pero también nos invita a permanecer refugiados en el calor de nuestro hogar para tejer nuestros sueños, planificar los próximos meses, proyectar nuestras ideas con el elemento Aire y disfrutar de un momento de inacción propiciado por las inclemencias del duro invierno. La festividad opuesta a Yule es Litha y sus energías de gozo y celebración nos permiten valorar la importancia de la planificación. Solo disfrutaremos de grandes momentos en el futuro si ahora nos permitimos dedicar este tiempo de inacción invernal a cuidar de cada detalle y poner todo nuestro cariño y calidez en todo lo que estamos organizando para los meses futuros en el momento más frío del año. 

Imbolc es la chispa de esperanza en mitad del invierno que nos trae la promesa de una nueva primavera. Los primeros brotes asoman tímidamente entre la escarcha y nos recuerdan que la naturaleza está viva, preparándose para volver. Es un momento de comenzar aquellos proyectos que fueron planeados en Yule, de despertar nuestro fuego interior y de plantar las semillas que crecerán en los próximos meses. La festividad opuesta a Imbolc es Lammas, el momento de la cosecha. ¿Cómo no celebrar y cuidar de los primeros brotes, si éstos son los que nos permitirán recoger los frutos de nuestro esfuerzo? Sin una cosecha que recolectar varios meses más tarde, la dureza del invierno carecería de importancia para nosotros. Del mismo modo, ver que nuestros proyectos comienzan a tomar forma es un aliciente para seguir adelante y alcanzar los esperados logros en el futuro. 

Ostara da comienzo con el equinoccio de primavera a la mitad luminosa del año. Los días son más largos y las temperaturas ascienden, permitiendo que la naturaleza extienda su manto verde y nos muestre todo su esplendor. Es una época ideal para enfocarnos en el crecimiento, empoderarnos y aprender sobre la importancia de los límites, una de las grandes lecciones del elemento Fuego. Siendo Ostara una festividad centrada en el auge de la luz, a veces olvidamos que su opuesto es Mabon, que nos invita al reposo. Precisamente porque se compensa con las energías del otoño, este es un momento de acción, de impulsar nuestras vidas y disfrutar de la creciente longitud de los días, ya que sabemos que en el futuro nos llegará nuestro merecido descanso. Mientras tanto, es el momento de salir fuera y brillar. 

Beltane nos invita a adentrarnos en el éxtasis y el placer de los sentidos, siendo otra de las festividades más queridas por la comunidad pagana. En pleno apogeo de la primavera, profundizamos en los misterios del amor, la sensualidad y el sexo, que también se refleja en la naturaleza al coincidir con la época de apareamiento y reproducción de muchos seres vivos aprovechando la bonanza térmica. Fruto de estas energías de Beltane aparecen nuevos comienzos, pero también nuevas muertes potenciales que se alinean con la festividad de Samhain. Una nueva relación, un recién nacido en la familia o un nuevo trabajo implican una nueva forma de vida… pero también la muerte de un modo de vida anterior. Estos nuevos comienzos también han de recordarnos que tras ellos vendrán nuevos finales, y de esta forma las energías de Beltane y Samhain quedan en equilibrio. 

Litha nos trae con el solsticio de verano una época de plenitud, disfrute, y entrega a nuestros seres queridos. Lo vemos en las vacaciones, en los numerosos planes que realizamos durante el verano y en los nuevos caminos que exploramos hacia destinos desconocidos, al igual que el elemento Agua fluye a través de terrenos no transitados hacia el mar. Resulta complicado pensar en la festividad de Litha bajo el enfoque de su festividad opuesta en la Rueda, Yule. ¿Pero acaso no necesitamos, en mitad de toda una vorágine de acontecimientos sociales, un momento de paz para nosotros mismos? ¿Cuántas veces hemos deseado, en plena reunión familiar, tener unos minutos para respirar y simplemente ser quienes somos? Ese anhelo de paz y tranquilidad es lo que nos conecta con las energías del invierno en la época estival, creando una compleja danza de opuestos. 

Lammas da comienzo a la época de cosecha y abundancia, tanto en el sentido literal como figurado. En una sociedad desconectada de los ciclos agrarios, aprovechamos para recoger las semillas de nuestro esfuerzo, valorar el trabajo realizado y celebrar nuestros logros en compañía de nuestros seres queridos. En este momento del año en el que el verano no parece tener fin, es tiempo de festejar y disfrutar de todo lo que tenemos. Lammas se equilibra con Imbolc al recordarnos que todo lo que hoy recogemos se debe al cuidado y el esmero que pusimos en un momento crítico para el futuro de todo cuanto amamos, que es una de las ideas que rigen en Imbolc. No pueden recogerse frutos si no se cuida de las semillas y celebrar los éxitos implica honrar los principios: esa es la enseñanza del equilibrio entre ambas festividades. 

Mabon nos adentra en la mitad oscura del año, que comienza con el equinoccio de otoño. Los días se acortan, las temperaturas descienden y la naturaleza se prepara para los próximos meses acumulando reservas. Es un momento que nos conecta con el elemento Tierra y nos enseña la importancia de gestionar los alimentos y anticiparse a lo que vendrá mientras comenzamos a abrazar la oscuridad. La festividad de Mabon se refleja en la de Ostara y nos recuerda que, precisamente por haber celebrado el retorno de la luz y haber pasado a la acción en nuestras vidas, ahora es el momento de abrazar la parte oscura del año y prepararnos para abrazar la oscuridad. Solamente después de un largo día somos capaces de reconocer la importancia del descanso y disfrutar de la sensación de volver a casa. 

Podría profundizar mucho más en la danza de los opuestos en la Rueda del Año, pero prefiero compartir solamente unas cuantas ideas para invitarte a explorar sus misterios y disfrutar de este maravilloso viaje en espiral en el que la Rueda nos sumerge. 

Dedico este ensayo a mi abuela Mari, cuyo paso a las tierras del Eterno Verano en esta víspera de Beltane me ha enseñado que, incluso en el momento más oscuro, es posible escuchar la voz del amor que te hace brillar. Gracias por sostenerme desde el otro lado del velo.

Nuhmen Delos ~

Si quieres leer el resto de entradas sobre la Rueda del Año disponibles en Zona Arcana, haz click aquí.


Ilustración: Weel of the Year, por . Disponible en Etsy.


 

¿Te ha gustado? Comparte esta entrada

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Translate »
error: