Reflexiones en torno a Imbolc
Reflexiones en torno a Imbolc

Reflexiones en torno a Imbolc

A pesar de encontrarnos justo en mitad del invierno, la chispa de la vida se abre paso sutilmente. Pequeños brotes asoman sobre la superficie de la tierra cubierta de escarcha mientras los pájaros más valientes plantan cara al frío revoloteando entre las ramas desnudas de los árboles. Este es un tiempo para escuchar la llamada de la naturaleza y despertar de nuestro profundo letargo invernal. Sin embargo, cada persona lo vive de una forma muy particular, ofreciendo una infinidad de posibilidades de comprender y celebrar esta festividad. A continuación te invitamos a descubrir qué significa Imbolc para nosotros a través de estas reflexiones. ¡Esperamos que las disfrutes!

Reflexiones en torno a Imbolc

Reflexiones en torno a Imbolc

Una reflexión de Nuhmen Delos

Imbolc es para mí la época del despertar. A pesar de estar justo en la mitad del invierno, las mañanas ya no son tan oscuras y el frío ya no nos congela por dentro: las fuerzas de la estación van remitiendo y la naturaleza nos recuerda la promesa de la primavera. Los bulbos se alzan tímidos sobre la superficie de la tierra y pequeñas yemas comienzan a brotar en algunos árboles mientras que algunos pájaros aventureros revolotean piando entre las ramas. ¿Acaso necesitamos alguna señal más para darnos cuenta de este despertar? 

Estos días del año son para mí un vórtice acelerado que me sumerge sin apenas darme cuenta. Lejos ya del frenesí de las fiestas pasadas, y tras haberme recuperado durante algunas semanas, es durante la época de Imbolc cuando pongo en marcha los proyectos que me había marcado para el año. Esto se manifiesta claramente en mi vida espiritual, ya que me siento mucho más centrado y retomo mis rutinas dentro de este camino personal tras una temporada de letargo invernal: arreglo los altares, rediseño mi espacio sagrado, reviso mi armario mágico para comprobar si es necesario aprovisionarlo y trato de obtener una visión general de mis proyectos espirituales. Finalmente, Imbolc es un momento en el que trabajo profundamente con Brigit, una de mis diosas tutelares desde hace muchos años. 

Para traer a mi hogar la esencia de Imbolc, suelo decorar el altar con las flores de los bulbos que ahora adornan las macetas del jardín, además de iluminarlo con una gran cantidad de velas. Siendo una época tan íntima y tranquila, no siento la necesidad de decorar mi hogar, sino que trato de integrar las energías de esta festividad a través del trabajo personal ante mi altar: Imbolc en mi hogar implica pasar largas tardes de meditación, cantar acompañado mis palabras de un tambor, escribir mis impresiones o dibujar lo que siento y dejarlo a modo de ofrenda. ¡Esto también son formas de fluir con las energías de esta festividad!

Una reflexión de Bóreos

Sin duda recuerdo con muchísimo cariño mis celebraciones de Imbolc con mi antiguo coven. Tradicionalmente nos reuníamos en casa de unos amigos muy queridos que son gemelos y que solían ser los anfitriones de todos nuestros momentos ceremoniales. Todos llevábamos preparadas velas que durante nuestro ritual bendecíamos como ofrenda de agradecimiento y para pedir por el bien de los nuestros. Además, durante el acto, trabajábamos con las energías y presencias de deidades vinculadas al despertar de la naturaleza y las artes. Aunque de año en año, el elenco de deidades podía variar, quien nunca faltaba era Brighid, una diosa por la que siempre he tenido un cariño especial. 

Cuando acabábamos todo el ritual y la cena, teníamos por costumbre ponernos los abrigos y coger las velas y otras ofrendas que habíamos bendecido, y todos juntos marchábamos a la playa que está al lado de casa de estos amigos y buscábamos un lugar entre las rocas, fuera de todo riesgo, cerca de la orilla, y allí colocábamos todas las velas encendidas y las ofrendas, también realizando una libación de leche directamente en la arena. Tras ello, todos observábamos embobados la hermosa estampa de luces llameantes que iluminaban esa improvisada y diminuta caverna en mitad de la oscura noche, hasta que el viento frío nos empujaba a marcharnos al calor del hogar.

Una reflexión de Cris Nenúfar 

Si en esta época del año cerramos los ojos y conectamos con nuestro instinto, notaremos que las energías van cambiando. Yule quedó atrás y ha dado paso a la fiesta de Imbolc, que trae consigo a la Doncella y el tiempo de los nuevos comienzos. 

Si observamos la naturaleza veremos que, a pesar de que aún hace mucho frío, el hielo comienza a derretirse poco a poco. Los ríos se abren paso entre las cumbres nevadas y su abundante cauce canta a la vida en su descenso hacia el mar. Los rayos del Sol arrancan destellos brillantes al rocío de las hojas y su calor empieza a filtrarse en la oscura tierra para desperezar a las semillas. Las flores tempranas se animan a abrir sus pétalos blancos. Es la época en la que los lobos se aparean y nacen los corderos. La fiesta blanca, la fiesta de la leche, de la esperanza. Encendemos velas para celebrar que pronto retornará el calor. 

En la Tradición de Iberia, Laia la Arquera es nuestra Diosa Doncella. Ella nos invita a reír, jugar, cantar y danzar, celebrando que la primavera se está acercando. Laia es la Diosa de la esperanza, y la que nos recuerda las promesas que debemos cumplir a la niña (o niño) que un día fuimos. De este modo nos conecta con nuestra infancia, nos enseña a dejarnos llevar, a mirar la vida con ojos inocentes y afrontar sus desafíos de forma creativa e imaginativa. Laia es también una Doncella sanadora, que cierra con hilo de seda blanca las heridas de nuestro corazón, en especial aquellas que se produjeron en la infancia, y que por lo tanto son las que han dejado una marca más profunda en nuestra alma. Para quienes han tenido una infancia difícil es el momento de abrazar a la niña o niño que sufría, y prometerle que todo irá bien. Es tiempo de regalarle los juegos, risas, abrazos y amor que no tuvo en su momento. 

Otra de las bendiciones que trae Laia es la creatividad. En esta época nos sentimos mucho más inspirados y surgen nuevas ideas que deseamos poner en práctica. También es posible que nos veamos con ganas de iniciar nuevos proyectos. Como toda niña, nuestra Doncella es algo traviesa, por lo que a veces nos despertará en mitad de la noche provocándonos con su risa juguetona, y no permitirá que conciliemos el sueño hasta que escribamos ese poema, o hagamos el dibujo que se nos ocurrió, o compongamos las primeras notas de una canción. Abre tu corazón a la vida que La Doncella te muestra, y afróntala con la ilusión de una niña que sabe que el mundo está lleno de maravillas por descubrir.


Gracias a Bóreos y Cris Nenúfar por animaros a participar en este proyecto y compartir vuestros pensamientos en torno a esta festividad. Sin vosotros, esto no hubiera sido posible. 

Y a ti, que has leído nuestras reflexiones sobre este Sabbat, te deseo un muy feliz Imbolc. Si quieres descubrir el resto de entradas de Zona Arcana sobre esta festividad, puedes encontrarlas aquí.


Imagen de Morket en Pixabay.


 

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