Meditación para Lammas: El laberinto de los recuerdos
Meditación para Lammas: El laberinto de los recuerdos

Meditación para Lammas: El laberinto de los recuerdos

La meditación del laberinto de los recuerdos está diseñada para conectar con las energías del Sabbat de Lammas a través de la interacción con la naturaleza. En ella, descubrirás que los cambios que se producen en el medio natural con el giro de la Rueda del Año también pueden ser honrados a través de una meditación guiada tan sencilla como esta.

Preparación

Se aconseja realizar esta meditación al atardecer y preferentemente bajo la luz del Sol. Enciende alguna vela aromática, ponte en una posición cómoda y cierra los ojos para dejarte guiar a través de este viaje sagrado.

Meditación para Lammas del laberinto de los recuerdos

Comienza despejando y liberando las energías excedentes de tu cuerpo, sintiendo cómo se evaporan formando pequeñas volutas de humo que se elevan con el aire cálido que te rodea. Deja atrás todos los pensamientos y emociones que no necesitas en este momento.

Visualízate caminando a través de un campo de trigo en una larga tarde de verano. Una brisa cálida sopla acariciando tu piel y meciendo suavemente las espigas doradas mientras el Sol desciende lentamente sobre el horizonte. Deja que tus pies te guíen para atravesar este enorme campo de trigo mientras y, mientras tanto, centra tu atención en sentir las energías que flotan en el ambiente, rodeándote e impregnando cada parte de tu ser.

En un momento determinado, verás que hay un surco en el suelo en el que no crece el trigo y que te invita a caminar sobre él. Al comenzar a recorrerlo visualmente, puedes ver cómo este surco avanza formando un camino curvado que se repliega sobre sí mismo una y otra vez formando un complejo diseño. Estás ante un laberinto muy especial, el laberinto de los recuerdos, que no tiene trampas ni callejones sin salida, tan solo un sendero que te llevará a su centro, concediéndote durante el camino un auténtico peregrinaje interior.

Respira profundamente, adéntrate en el laberinto y, mientras lo transitas muy lentamente, reflexiona en las personas que te importan y lo que éstas han aportado a tu vida. Tu pareja y todos los buenos momentos que habéis vivido juntos, tu familia, que te ha hecho ser quien eres, ese amigo con quien tienes una conexión especial y con el que sobran las palabras para entenderos, esa amiga con sus miradas llenas de travesura y complicidad que te leen el alma, esos compañeros de trabajo con los que has forjado estupendas relaciones, esas personas que un día se cruzaron inesperadamente en tu vida para quedarse o incluso aquellas que solamente estuvieron el tiempo necesario para enseñarte una lección.

De pronto, has llegado al centro del laberinto. Arrodíllate en el suelo, cierra los ojos y, llevándote las manos al corazón, siente todas las conexiones que te unen a esas personas y deja que te inunden los buenos recuerdos. Toma el tiempo que necesites para revivirlos en detalle y honrarlos como se merecen. Evoca lo que sentiste en cada momento y permítete volver a empaparte de esos sentimientos. Una vez que hayas viajado por tantos recuerdos como consideres necesarios, dirige todas esas energías hacia tu corazón y de ahí a tus manos. Ahora, colócalas muy lentamente sobre la Madre Tierra y comparte con ella este sentimiento de profunda gratitud por todo lo que has cosechado en tu vida.

Cuando sientas que ha llegado el momento de regresar, levántate y camina de nuevo sobre tus pasos hasta salir del laberinto. Reflexiona sobre este tiempo de cosecha mientras atraviesas el sendero bordeado de espigas maduras. Estamos en una época de plenitud y recogimiento en la que la naturaleza se ha llenado para poder vaciarse y compartir su abundancia con todos los seres de este planeta.

No hay posesión más valiosa que los recuerdos y las vivencias que se crean en compañía de la gente que nos importa: ése es nuestro mayor tesoro. Y con esta última idea en mente, vuelve a tomar consciencia de tu cuerpo moviéndote poco a poco mientras te centras en tu respiración- Para terminar esta meditación, abre los ojos y libera las energías excedentes.

¡Feliz Lammas!

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Imagen de Pezibear en Pixabay.


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