El ciclo lunar y el humor
El ciclo lunar y el humor

El ciclo lunar y el humor

Como parte de mi entrenamiento de Segundo Grado, se me propuso analizar cómo afecta el ciclo lunar al humor de las personas y si éste crea algún tipo de patrón observable, para lo cual debía anotar durante al menos un ciclo lunar cómo me sentía al despertarme cada mañana. Habiendo realizado este ejercicio durante casi cinco meses, me gustaría compartir (con el permiso de Harwe, mi mentora) las conclusiones a las que he llegado.

Bien es sabido dentro del ámbito pagano que nuestro satélite ejerce una gran influencia sobre nosotros, potenciando algunos aspectos e inhibiendo otros según la posición en la que éste se encuentre en su órbita alrededor de nuestro planeta. No obstante, antes de pasar al análisis de mis sentimientos a lo largo del ciclo lunar, me gustaría hacer una reflexión acerca de las energías de este astro y cómo pueden afectarnos a nosotros.

Al hablar sobre influencias energéticas, planetarias, o cualquier otro nombre que queramos darles, nunca podemos perder de vista el hecho de que no son las únicas existentes. Con esto quiero incidir en que, a pesar de existir unos patrones energéticos comunes a cada fase lunar, también estamos influenciados por otros aspectos como la época del año, el clima del lugar en el que vivamos, nuestra cultura o incluso nuestra propia forma de ser.

¿Qué puede extraerse de todo esto? Puesto que este ejercicio lo he realizado durante aproximadamente cinco lunaciones, puedo afirmar que hay cambios bastante significativos en fases lunares comunes a lo largo de distintos meses. Es decir, no es lo mismo una Luna llena de mayo, en la que posiblemente nuestra sensualidad estará más presente y ésta evocará en nosotros sentimientos erótico-festivos, que un plenilunio en el mes de octubre, en el cual la presencia de los que han partido se percibe con una intensidad mucho mayor, induciendo sentimientos relacionados con el respeto, el recogimiento y la veneración, siendo en todo caso la Luna llena para mí un momento de gran energía y poder en el que me siento capaz de conseguir todo aquello que me proponga.

Pasando al tema central de este ejercicio, la Luna nueva es para mí un momento de no-acción, sintiéndome muy tranquilo, pero a la vez bastante alerta, como si algo malo fuese a ocurrir. Este temor se va disipando a medida que la Luna se alza sobre el horizonte al atardecer, mostrando el tránsito hacia el cuarto creciente, en el cual me siento especialmente creativo, curiosamente, al anochecer. Aunque se pedía centrarnos en nuestras emociones al despertar, me he dado cuenta que durante esta fase lunar me cuesta conciliar el sueño debido al torrente de ideas que fluyen por mi cabeza. Es un momento en el que me vuelvo especialmente crítico y perfeccionista, lo cual me hace pensar en más cosas aún para averiguar cómo mejorar aquello con lo que no estoy conforme… con sus consecuentes noches en vela.

El Plenilunio es para mi un momento de paz, así como los días anteriores y posteriores a esta fase lunar, en los que se dice que la Luna está gibosa y diseminante, respectivamente. Durante este período me siento bien conmigo mismo, me despierto con la sensación de haber descansado bien y siento que soy capaz de hacer cualquier cosa si me lo propongo. Son días de autoaceptación y felicidad personal. Estas estupendas sensaciones se disipan a medida que la Luna va menguando, momento en el que vuelven de nuevo los sentimientos de perfeccionamiento, necesidad de evaluación y mejora, pero esta vez desde un punto de vista superior y, a veces, apático, melancólico y ligeramente despectivo. Siento que muchas veces no vale la pena luchar, porque por muchos esfuerzos que se hagan, las cosas o las personas no van a cambiar. Esto se acentúa mucho más al final de la fase de Luna menguante, a la que se vuelven a unir los miedos y temores propios de la Luna nueva.

Así que creo que, efectivamente, el ciclo de la Luna nos afecta de forma muy significativa a todos, alineando nuestra propia marea emocional a la marea energética del nuestro satélite. Evidentemente, no nos afectará a todos de la misma forma, pero sin duda alguna podemos extraer algunos patrones comunes si observamos cómo cambia nuestro estado de ánimo a lo largo de un mes lunar.

Nuhmen Delos ~


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