Una de mis tareas como Sacerdote de Avalon en entrenamiento es descubrir las diferentes manifestaciones de la Diosa en el paisaje y conectar con sus energías. Durante mi tercer fin de semana de entrenamiento estuve trabajando con el arquetipo de la Diosa Doncella, que en la Rueda de Avalon se muestra como Nolava la Doncella, Bridie, Brigit y la morgen Thitis, entre otros muchos rostros.

El sábado por la mañana tuve la oportunidad de caminar por la isla sagrada junto a mis hermanos y hermanas de espiral. El cielo estaba cubierto de nubes y la bruma se alzaba a lo lejos en una mañana de mitad del invierno que ya mostraba algunas señales de la llegada de la primavera. Y es que, a pesar de que todavía quedaban algunas semanas de la época invernal, la hierba estaba brotando y los árboles mostraban sus ramas cargadas de yemas, anunciando que pronto estarían cubiertas de hojas.
Visitamos muchos lugares, pero en el que experimenté una conexión más profunda fue en el Bride’s mound, el monte de Bride. Este es un montículo ubicado entre Wearyall Hill y el río Brue, al oeste de Glastonbury. Durante el invierno, cuando la tierra cercana al río se inundaba, el monte se convertía en una isla, una versión mucho más pequeña del Tor. Cuando atravesé la entrada y subí al monte, sentí que entraba en un espacio sagrado natural. La presencia de Brigit, la Diosa regente de la época de Imbolc en la Rueda de Avalon, flotaba en el ambiente. Sus energías y la belleza del lugar creaban un entorno idílico digno de un locus amoenus: una profunda paz se adueñó mí, invitándome a entregarme al momento y tomar consciencia de la importancia de los nuevos comienzos mientras disfrutaba de los tímidos rayos del Sol que asomaban entre las nubes. Numerosas ideas y proyectos para este año vinieron a mi mente e, inspirado con la presencia de Brigit e impulsado con el fuego de su forja, supe cómo podía materializarlos.
Muy cerca del monte de Bride se encuentra la piedra que marca el Bride’s Well, el manantial de Brigit, ahora desaparecido. Este manantial era más bien un estanque bastante fangoso, en el que el agua de los campos cercanos solía ser drenada. Sin embargo, junto a él creció un viejo árbol espinoso, ya inexistente, en el que las gentes de Glastonbury solían colgar cintas y otras ofrendas tanto a Brigit como a Santa Brígida para pedir sanación. Me gustó mucho parar aquí, ya que en este momento del año suele trabajarse el tema de la sanación.
Otra de las conexiones que realicé fue con el arquetipo de la mujer-sauce al caminar por el Glastonbury willow walk, el paseo de los sauces. Un largo sendero flanqueado por estos gigantescos árboles se abría ante nosotros. Como habían sido recientemente podados, aproveché para recolectar algunas ramitas que quedaban en el suelo con el objetivo de colocarlas en mi altar. Cuando estaba cogiendo la última al terminar el paseo, unas palabras vinieron a mi mente: Plántame. Yo creceré en tu terraza y recordarás este momento cuando extienda mis ramas bendiciendo tu hogar. Lo tomé como un guiño de la mujer-sauce y guardé esa ramita a parte para plantarla al llegar a casa. Como todavía no tenía hojas y se encontraba en reposo, aguantaría el viaje sin problemas. ¡Ojalá que enraíce y pueda disfrutar de un sauce avaloniano en mi hogar!
De vuelta en el Goddess Hall, pasé la tarde realizando diversas manualidades relacionadas con esta época del año. Sin duda alguna, el verdadero reto fue crear una Bridie doll, una muñeca de Bridie, que realicé con fieltro. Elaboré también un ojo de Brigit entretejiendo diversos tipos de lana entre ramas de sauce y, como no podía ser de otra forma, terminé realizando una cruz de Brigit. Fue una tarde maravillosa en animada conversación junto a mis hermanos y hermanas de espiral. Charlamos sobre nuestra infancia, nos reímos cuando no nos salían las manualidades como queríamos y nos ayudábamos los unos a los otros para conseguir los mejores resultados posibles. Las horas transcurrían en un ambiente realmente mágico y me di cuenta que, de forma muy sutil, la Diosa Doncella de Avalon estaba muy presente. Ella estaba bendiciendo este momento de nuevos comienzos, uniéndonos como solo los niños se unen para jugar y trabajar en equipo, y preparándonos para la llegada de una nueva primavera. Al comentar la sensación de calma, bienestar y felicidad que tenía, todo el mundo afirmó sentir lo mismo. Esa fue la enseñanza de la Doncella: a veces, la paz interior, la plenitud, la sanación personal o la tranquilidad no se manifiestan de forma extraordinaria en nuestras vidas, sino que sutilmente van adentrándose entre los recovecos de lo aparentemente simple y mundano para llenar nuestra existencia con su magia.
Nuhmen Delos ~
Foto de la Diosa Doncella realizada por Nuhmen Delos en enero de 2023 durante el tercer encuentro del Priest/ess of Avalon Training. Si deseas leer más reflexiones fruto de mi entrenamiento, aprender sobre los lugares sagrados de Avalon, conocer a las Diosas de su Rueda y seguir mis pasos por la Isla sagrada, haz click aquí.
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