Las ocho festividades de la Rueda del año son conocidas como sabbats. Son días de celebración y abundancia en los que se festeja el avance de las estaciones y se veneran los cambios que se producen en la naturaleza. Todos ellos son días sagrados que tienen un intervalo entre ellos de seis semanas y media, teniendo cada uno su propio significado al reflejar el ciclo de la vida y existiendo diversas formas de celebrar los acontecimientos que en él suceden.
Tradicionalmente, las celebraciones de los sabbats comienzan durante el atardecer de la víspera de ese día y se extienden hasta pasada la noche del día siguiente, de modo que no hay una fecha exacta para cada una de ellos. Los ocho Sabbats de la Rueda del año son los siguientes: Samhain, Yule o solsticio de invierno, Imbolc, Ostara o equinoccio de primavera, Beltane, Litha o solsticio de verano, Lammas y Mabon o equinoccio de otoño. ¡Veamos a continuación una explicación de cada uno de ellos!
Samhain
Samhain se celebra entre el 31 de octubre y el 1 de noviembre, coincidiendo con la mitad del otoño. Es el festival de los ancestros, de los misterios del más allá y de la muerte simbólica de las fuerzas de la naturaleza. En Samhain honramos a nuestros ancestros, es decir, a aquellas personas que de alguna forma han marcado nuestras vidas que ya no están con nosotros. Por ello es frecuente crear un pequeño altar con fotos de nuestros ancestros, poner un plato más en la mesa para recordar los momentos en los que convivían con nosotros e incluso encender una vela junto a la ventana para guiarles de vuelta a casa, ya que se cree que durante esta noche pueden atravesar el velo entre los mundos para reunirse con sus seres queridos. Esta es una muy buena noche para trabajar con nuestra propia sombra y nuestros miedos, así como para realizar diversos trabajos que impliquen el contacto con los mundos de los espíritus. Durante esta época también reflexionamos sobre el más allá y el ciclo de la vida, muerte y renacimiento.
Yule
Yule tiene lugar en torno al 21-22 de diciembre y marca el comienzo del invierno. Es el festival de la introspección, del momento más oscuro del año y de la entrega al vacío existente entre la muerte y el renacimiento. En Yule nos alineamos con la naturaleza y simbólicamente nos detenemos en el momento más oscuro del año: nos entregamos a un tiempo de meditación y contemplación en el que nos preguntamos qué queremos en nuestras vidas y cómo podemos conseguirlo. Es una buena época para trabajar en nuestros anhelos, deseos y sueños. Durante estas fechas, adornamos nuestros hogares con elementos tales como árboles decorados y guirnaldas hechas con plantas para conectar con la naturaleza. Además, encendemos velas y fuegos en las chimeneas para iluminar la noche más larga del año y realizamos una vigilia nocturna para contemplar la salida del Sol. Durante los días de invierno reflexionamos sobre la necesidad de parar a tiempo, la fragilidad de la vida en condiciones adversas y la importancia de cuidarla.
Imbolc
Imbolc se celebra entre el 1 y el 2 de febrero, coincidiendo con la mitad del invierno. Es el festival de los nuevos comienzos, de la lactancia y del despertar de las fuerzas de la naturaleza. En Imbolc observamos el resurgir de la vida, que se manifiesta en los primeros brotes que aparecen en algunas plantas, la aparición de ciertas aves tras el duro invierno y la lactancia de las ovejas. Es la fiesta que nos trae la promesa de una nueva primavera, por lo que elaboramos y encendemos velas artesanales para combatir los últimos fríos del invierno, preparamos recetas que contienen lácteos para honrar a los animales que en estos momentos amamantan a sus crías y cocinamos deliciosos bizcochos y tartas en el calor de nuestros hornos. Durante esta festividad también se honra a la diosa Brigid, por lo que es muy común hacer cruces en su honor y colgar durante esa noche un manto o una capa verde para que ella la bendiga. Es buena época para meditar sobre los nuevos comienzos y la importancia de resurgir en el momento adecuado.
Ostara
Ostara tiene lugar en torno al 21-22 de marzo y marca el comienzo de la primavera. Es el festival del crecimiento personal, del paso a la mitad luminosa del año y de la expansión de las fuerzas de la naturaleza. En Ostara celebramos el perfecto equilibrio que se da entre la noche y el día, así como el triunfo de la luz, ya que a partir de esta fecha los días serán más largos que las noches. Honramos el vigor de la naturaleza tras el duro invierno, pues la vida se abre camino en todas direcciones, y por ello trabajamos con la simbología del conejo (fertilidad y crecimiento desmesurado) y del huevo (potencialidad de todas las cosas). Durante estos días también realizamos las primeras siembras del año, ya que la tierra está en un momento fértil tras el descanso invernal, y comenzamos a cuidar de nuestro jardín mágico. Este momento del año nos invita al renacimiento interior haciendo un balance de los objetivos que queremos conseguir en este ciclo y meditando acerca de cómo podemos alcanzarlos.
Beltane
Beltane se celebra entre el 30 de abril y el 1 de mayo, coincidiendo con la mitad de la primavera. Es el festival del amor, de los misterios de la sexualidad y de la fertilidad de las fuerzas de la naturaleza. En Beltane nos adentramos en los misterios del amor, la sensualidad y la sexualidad. Es un sabbat altamente creativo y con un marcado carácter sexual, que se expresa a través de los muchos símbolos de fertilidad que caracterizan esta festividad. Por ello saltamos hogueras para asegurar la fertilidad de la pareja y del campo, bailamos alrededor del palo de mayo, un elemento fálico que se utiliza para representar las energías masculinas adentrándose en el cuerpo de la madre Tierra y elaboramos decoraciones con flores, que son los órganos reproductores de las plantas. En esta festividad nos entregamos al éxtasis y el placer de los sentidos, tanto en solitario como en pareja, y realizamos un profundo trabajo con nuestra imagen personal y la aceptación de nuestro propio cuerpo.
Litha
Litha tiene lugar en torno al 21-22 de junio y marca el comienzo del verano. Es el festival del empoderamiento personal, del momento más luminoso del año y del auge de las fuerzas de la naturaleza. En Litha honramos el auge de los poderes del Sol y de la naturaleza, que respectivamente se manifiestan en el día más largo del año la exuberancia del medio que nos rodea. Para celebrarlo encendemos grandes hogueras con el objetivo de iluminarla noche más corta del año, creando un día eterno que parece no tener fin, y sus cenizas se utilizan posteriormente para abonar los campos. En muchos sitios hay también numerosas tradiciones asociadas a las aguas sagradas. La noche de Litha es considerada una de las más mágicas del año, ya que se cree que los seres de la naturaleza acuden para unirse a los seres humanos en su celebración, por lo que es mucho más fácil contactar con ellos. Esta es una noche ideal para pedir deseos, hacer realidad nuestros sueños y reflexionar sobre nuestro propio poder personal.
Lammas
Lammas se celebra entre el 1 y el 2 de agosto, coincidiendo con la mitad del verano. Es el festival de la abundancia, de la celebración en comunidad y de la madurez de las fuerzas de la naturaleza. En Lammas disfrutamos de las bendiciones que nos aporta la primera cosecha. Las plantas que crecieron durante la primavera se marchitan, proporcionándonos sus frutos y semillas para nuestro consumo y también para garantizar su propia existencia el año siguiente. Por ello, recolectamos hierbas y las almacenamos para nuestros trabajos mágicos y realizamos muñequitos con hojas de trigo y maíz para honrar la abundancia de la cosecha. Además, preparamos alimentos con harinas y cereales con el objetivo de alimentarnos conscientemente con lo que la Madre Tierra nos aporta. Es tiempo de reflexionar sobre el valor de los amigos y familiares que nos muestran su apoyo, de todas las situaciones buenas que hemos vivido a lo largo de algo y sobre todo aquello que sembramos y que finalmente hemos cosechado.
Mabon
Mabon tiene lugar en torno al 21-22 de septiembre y marca el comienzo del otoño. Es el festival del recogimiento, del paso a la mitad oscura del año y del declive de las fuerzas de la naturaleza. En Mabon celebramos una nueva alineación entre el día y la noche, que se igualan una vez más, pero en esta ocasión honramos el triunfo de la oscuridad. A partir de ahora las noches serán más largas, dando paso a un período marcado por el decaimiento de la fuerza de la vida, pues las plantas de clima templado dan sus últimos frutos y se marchitan, los árboles pierden sus hojas y muchos animales se refugian. En esta festividad hacemos ceremonias para conjurar el equilibrio en nuestras vidas y dejar ir todo aquello que ya no es necesario, recolectamos las últimas hierbas de nuestros jardines y preparamos nuestros hogares para la llegada del invierno realizando limpiezas y rituales de protección. Es un momento propicio para las iniciaciones espirituales y también para reflexionar sobre el declive como parte de la vida y la importancia del desapego.
Estos han sido los ocho sabbats de la Rueda del año. Si quieres saber qué es exactamente la Rueda del año, haz click aquí. Y si lo que estás buscando es información ampliada sobre cada una de sus festividades, no te pierdas esta sección del blog.
Ilustración de Danielle Barlow. Disponible en Etsy.